Alice Wonder: "Cuando algo te da miedo tienes que luchar contra ello, y la única forma es lanzarte”

2023-01-05 15:24:00 By : Ms. Jane Liu

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A Alice Wonder la bautizó un amigo del instituto cuando tenía 15 años: ‘Alice in Wonderland’ y ‘Alice in Madness’, las maravillas y la oscuridad. Nueve años después, la imaginativa cantautora sigue buscando el ‘chill’ en los confines del yin y el yang.

Sus tatuajes hablan de ella casi tanto como sus canciones. “Son como un sketchbook de mi adolescencia – reconoce Alice Wonder–. Era muy impulsiva y los dibujaba todos a mano alzada. Esto es una taza de té porque bebía mucho té. Aquí Paciencia, para tenerla en mente. Y aquí Fire Kids por mis amigos, que son muy creativos”. El bilingüismo que adquirió de niña, cuando sus padres acogían en casa a estudiantes americanos para pagar el alquiler, aflora orgánicamente. La cantante revelación del año (y firme candidata a Eurovisión) compone indistintamente en inglés o español. “Lo próximo va a ser en Spanglish. Me da bastante miedo sacar esas canciones porque no son muy comerciales, pero estoy en un momento en el que me da igual ya”. Algo notable en su calidez, relajada y transparente, en la templanza con la que medita y suelta las palabras, en la mirada al vacío cuando piensa y a los ojos cuando habla. Y también en sus letras, un full frontal sentimental que no escatima en melancolía, rabia, ira ni despecho. “Con Que se joda todo lo demás me recuerdo que no debo intentar agradar a nadie antes que a mí.” Tengo esa tendencia, y al final la vida tiene que vivirla uno. Mientras no haga daño a nadie, es el momento de coger seguridad y contar las cosas como las veo y con el sonido que me represente, por muy oscuro o poco cool que sea. Cuando algo te da miedo tienes que luchar contra ello, y la única forma es lanzarte”.

El interés por la música le viene de la cuna: sus padres son músicos y él toca la batería. “En mi casa los problemas se solucionaban haciendo música: improvisando, fluyendo... Era algo innato y no me lo planteaba como profesión. De pequeña era muy tímida, muy pa’ dentro, de pintar todo el rato, ver pelis, observar, escribir... Cuando empecé a tocar el piano fue como si tuviera los brazos más largos y el alma, más ancha. Me encerraba con él y componía canciones. En el instituto hice una banda en la que las escribía, pero no cantaba porque no me veía como protagonista. Pero a la cantante le salieron nódulos y me puse a cantar yo. Y me di cuenta de que me hacía sentir bien. Me cambié de instituto y el primer día una chica me oyó cantar por lo bajo y me animó”. De ahí a Instagram y la popularidad inmediata: sus covers tenían miles de visualizaciones y llegaron a sus managers. “Me preguntaron: ‘¿Tienes canciones?’. Y les dije: ‘Tengo trescientas’. Les encantaron y me llevaron de gira en caravana por pequeños pueblos de La Mancha para enseñarme tablas. Luego grabé mi primer disco. Aprendí mucho, he ido mejorando mi sonido y ahora, de pronto, soy música. Artista, que se dice”, ríe.

Entre los pilares de esa artista están Aerosmith, The Black Eyed Peas y Radiohead. “Cuando los descubrí me dieron miedo y luego me encantaron. Gracias a Thom Yorke desarrollé mi falsete. Mi voz era muy grave, pero al oírle dije: ‘¡Huy! Se puede’. Y me flipan Bon Iver, Joni Mitchell, Chopin... Me encanta la calma que me da la clásica, cómo me vuelve loca la mente el rock y fluir de buen rollo con el hip-hop”. Su sonido (“dream rock nostálgico con un deje a aflamencado y también chill”) envuelve una lírica que orbita en torno al amor y el desamor, igual que la interfaz de su página web, dividida en dos listas de reproducción con esos títulos. “Eso viene de mi canción La locura. Durante mucho tiempo me centré en cómo puedes amar a alguien que te hace daño y cómo puedes hacer daño a alguien que amas. Es algo increíble y muchos problemas y virtudes del mundo se rigen por eso. Yo quiero creer que el uno no implica el otro, que quienes piensan así están un poco trucados por su infancia. Estoy intentando descubrir el amor sin más y creo que es cuando quieres el bien para la otra persona. Es como que se abre en ti una puerta con la que te expones a que te hagan daño, pero dejas que se abra porque confías en que no te lo van a hacer". Las idas y venidas amorosas y la alternancia de roles en la pareja son recurrentes en sus letras: “Y si ahora tú eres el que a mí me tiras y llamas titiritero cuando ayer de ti tiraba en ese tiroteo”, reza la inspirada aliteración de El mejor de tus errores. “El juego del amor hay que mantenerlo siempre vigente. La vida funciona así, por tensiones y distensiones. No puedes dar por hecho que alguien te va a amar porque lo perderás. Tienes que currártelo. Y tampoco un trabajo, una profesión o una amistad, porque la vida te mete un tortazo y tienes que empezar de cero. Esa es la gran verdad de la vida: el equilibrio entre lo que das y lo que recibes”. Un equilibrio difícil, pues de sus letras emana cierta dependencia emocional y la amenaza del amor no correspondido. “Me sentí traicionada una vez, pero no he vuelto a sentirlo porque no me dejo sentirlo. Si me pasara creo que lo sufriría por dentro, pero mi orgullo no me permitiría mostrarlo. Para bien o para mal, porque a veces es mejor soltarlo y ya está, hacer el ridículo un rato en vez de mantenerte siempre con una cubierta de que todo está bien cuando no lo está”.

La contemplo posar, rectilínea y estilizada, y su gracilidad casi adolescente me recuerda al Tadzio de Muerte en Venecia. “De pequeña se metían conmigo porque parecía un chico y me sentía como un chico, y los niños lo notaban muchísimo. Por la calle me preguntaban si era un chico o una chica. La vida es peculiar, porque ahora siento que gusto a todas las chicas que se habrían metido conmigo en el colegio. Ahora me siento las dos cosas: a veces una mujer lesbiana y otras, un chico gay. Es una combinación rara la que tengo aquí dentro”.

A pesar de lo arrebatado de sus canciones, entre los altibajos de euforia y desolación de un amor muy pasional, y la complicidad, apoyo y comunicación de una relación estable se quedaría con lo segundo: “Ya no me gusta esa pasión porque veo la mirada y sé que viene de una inseguridad o de confundir algo que yo le puedo dar con algo que esa persona se tiene que dar a sí misma. Ahora busco la tranquilidad de estar con alguien y ser mejores amigos. Y tampoco creo que haga falta estar con nadie. Las canciones que tengo fuera son de cuando conocí a una persona y me enamoré muchísimo. Hoy somos amigos y todo bien. Las que se vienen son más de la vida y hablan del amor de forma más naíf, más bonita. Pero la oscuridad está en otras partes. Está en los recuerdos”.

Ahora está centrada en su próximo disco: “Quiero que hable de la parte de mí que no he mostrado del todo. Tengo un concepto muy claro y quiero hacerlo a lo grande y que colabore mucha gente. Que sea un viaje en el que la gente pueda abrirse, llorar y luego sanar, ¿sabes? Y no es solo un disco triste, también es enrabiado y divertido. Es como cuando de niño estás en un bosque y hay tormenta y te da mucho miedo, pero cuando para te das cuenta de que el bosque huele genial y tú estás superfeliz”. Maravilla al canto.

ESTILISMO: CLAUDIA LAUKAMP. PELUQUERÍA Y MAQUILLAJE: LEO PEREIRA. PRODUCCIÓN: BEATRIZ VERA. ASISTENTES DE FOTOGRAFÍA: GABO BOZA Y PATRICIA BORG.