Diciembre 16, 2022 prensa AlertasLaVoz, Destacado, Opinión 0
Solo quedan dos partidos y caeremos en el “vacío” del mundial por los próximos cuatro años. El evento de mayor impacto a nivel global que, en mi opinión, supera a las olimpiadas ya que se trata de un solo deporte.
Los primeros recuerdos mundialeros certeros que tengo son de España ‘82. Las clasificaciones, el carrerón y gol de Yañez frente a Paraguay; el penal de Cazely, el tratar de saber de los resultados en el colegio y la final entre Alemania e Italia que termina ganando la azzurra con los goles de Rossi, Tardelli y Altobelli. Toda mi familia reunida en el almuerzo dominguero comiendo bistec con arroz frente al televisor. Era el único con mis tiernos 10 años que iba por los germanos y tuve que soportar las burlas de todos esa tarde, al igual que el ‘86 y recién pude venir a celebrar de la mano de Matheus el ‘90.
No tengo una tradición específica para las finales, pero mientras se tenga algo rico para comer y haya ambiente en el lugar que se la ve son algo para recordar. Ser chef ha hecho que muchas de ellas (las finales) las vea trabajando, la del ‘98 con los dos goles de cabeza del que creo mi máximo ídolo, Zinedine Zidane. El 2002 trabajando también, el 2006 fuera de Chile en un lugar en que creo era el único al que le gustaba el fútbol y marcado por el cabezazo de Zidane pero esta vez al pecho de un italiano y no al fondo de la red como nos tenía acostumbrados.
Siempre que parte un Mundial quiero que el campeón sea un equipo nuevo, que no se repitan el plato los mismos de siempre, lamentablemente mis candidatos van quedando en el camino. Esta vez deberíamos tener una gran final, grandes equipos, con figuras llamadas a brillar como son Messi y Mbappé, la encarnación del fútbol de los últimos años y el llamado a ser el futuro del balonpié.
Sé que los asados mandan en estas situaciones, pero en mi opinión son una mala idea, a menos que pueda poner la tele al lado de la parrilla. Si esperan a que termine el partido van a terminar comiendo a las 5 de la tarde y si la familia no apaña vas a tener un grupo de comensales con la misma cara que el perdedor del partido. Mi recomendación es que cocine algo que pueda tener listo a las 12:00 y olvidarse hasta que termine el partido y para eso una lasaña es ideal.
Póngala al horno en el minuto 15 del segundo tiempo y estará lista cuando termine el partido. Si anda en modo “nonna italiana” se levanta temprano y hace la masa, la estira fina, pasa por agua hirviendo, enfría en agua con hielo y arma su lasaña según las instrucciones de más abajo.
Si no puede usar las masas pre-cocidas que funcionan bastante bien, le van a ahorrar tiempo y podrá estar a las 12:00 instalado frente a la tele.
— Sal, pimienta blanca molida y nuez moscada.
— 200 grs. de carne de cerdo molida.
— Media taza de vino blanco
— Sal, pimienta y orégano
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